El proceso de psicoterapia o de crecimiento personal, en uno de sus momentos,
se parece a una cura de desintoxicación.
Decimos “me estoy quitando de fumar”, o “estoy dejando la cafeína”. Durante la
terapia dejamos hábitos que no son
sanos para nosotros, y no nos paramos ahí: los sustituimos por hábitos que sí lo
son. Cambiamos unos hábitos por otros, conscientemente.
Descubrimos en este punto de la terapia que el trabajo no lo va a hacer la psicóloga por mí, sino que lo he de hacer yo, con ayuda de ella. "¡Aagh!" (Algunas personas aquí abandonan la terapia).
Es difícil, es cierto. Difícil cuando uno sale de sesión acordarse
de practicar afuera, de ser consciente de si mismo fuera también. Es difícil
mantener la conciencia de uno mismo, para pillarse cayendo de nuevo en el viejo
hábito, y así poder pararlo cada vez con más facilidad. Cuestión de práctica.
Es difícil también mantener la práctica durante un tiempo, hasta que uno nota que ya hay un cambio estable en
él/ella.
Pero difícil no significa
imposible, ni significa “indescifrable”, ni significa “complicadísimo, sólo para unos pocos elegidos"
Significa: “Esto lleva tiempo,
y dedicación. Es, simplemente, trabajo"
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