Un domingo cualquiera por la mañana.
Me despierto.
Desperezo-Bostezo-Desperezo.
Ojos abiertos- ojos cerrados-ojos entornados.
Dormitando un rato más.
Me levanto contenta.
Desayuno tranquila, en paz.
Recuerdo el día anterior, ¡contenta!.
Planifico la mañana, animada.
Comienzo a hacer lo que me proponía esta mañana,
sigo contenta hasta que... algo se tuerce.
Algo de lo que intento no funciona.
Y yo quiero que funcione, es muy importante para mí.
Intento solucionarlo una vez-nada-
intento 2-nada-
intento 3-nada- intento 4-NADA....
intento 57...nada.
Empiezo a respirar más deprisa. Aprieto los puños.
Estoy asustada cuando pienso que este obstáculo me impedirá definitivamente conseguir algo que deseo mucho.
Estoy enfadada conmigo cuando pienso que yo debería haber previsto esto y solucionarlo antes de hoy.
Estoy triste cuando pienso que soy un desastre y que me merezco lo que ha pasado.
Me mareo---porque estoy respirando fatal, dejándome llevar por las emociones de miedo-enfado-tristeza que yo misma he fabricado.
Noto el mezclaillo emocional en mi cuerpo, en forma de malestar.
Me aturdo---ya no puedo pensar con claridad en opciones.
Intento distraerme viendo TV, comiendo algo, haciendo tareas de casa.... no me vale. Sigo enfadada, asustada y triste.
Así que paro.
Me digo: "No puedo ser perfecta, algo ha pasado y ahora tengo este problema, en lugar de atacarme a mí, voy a ayudarme"
Me siento, respiro mejor, suave, profundamente.
Cuando me calmo un poco, sin querer lloro. Eso me ayuda a serenarme también, es un llanto que quita tensión, es por el susto que he pasado.
Papel y bolígrafo: y escribo qué opciones se me ocurren para resolver el problema. Ya no quiero intentar de nuevo solucionarlo de la misma manera, me pongo a buscar otras opciones.
Mientras las busco, en parte sigo enfadada conmigo por esto, pero en cuanto me doy cuenta de esto, me digo "no soy perfecta, voy a solucionar lo que está pasando ahora, que es más útil que enfadarme conmigo".
Así consigo estar centrada y activada para encontrar opciones.
Llamo a personas que me pueden dar su opinión o alguna idea.
....
Hago mi elección por la opción que creo que intentaré primero... y adelante.
Es domingo, ya por la tarde.
Este proceso me ha llevado unas horas. No estoy tan feliz como cuando me levanté, pero estoy mejor.
La vida continua.
En mi mente por un momento cuando apareció el problema todo se paró en una especie de pausa asfixiante.
Cuando nos cebamos en no asumir un obstáculo que tenemos delante, suelen aparecer pensamientos que dificultan, que nos hunden aún más.
En cuanto acepté plenamente lo que pasaba, todo volvió a FLUIR. Es cierto que las cosas no van a ser tan fáciles como yo quería, pero podré seguir caminando hacia lo que deseo, y estar presente para ver qué sucederá. Y ahora... ¿por donde sigo?
(c) Cristina Abellán.
Si os suena esta experiencia, vuestros comentarios serán bienvenidos.
2 comentarios:
Primeramente, he decir que mejor explicado imposible.
Esto es algo que nos sucede a lo largo de nuestra vida en repetidas ocasiones y, como tu muy bien has explicado, no podemos evitarlo, pero si aceptar que nos ocurra y ahí, en la aceptción, es donde se produce el comienzo hacia la solución. Además, una vez menguadas esas emociones negativas, empezamos a pensar con más objetividad.
El resto del trayecto a seguir, será tan largo o corto, según lo hayamos practicado en otras vivencias o repetido y, lo aprendido nunca nos lo quita nadie o, ¿a caso alguien ha olvidado como se montaba en bici?.
Controlar las emociones en lo posible es fundamental para recuperar la calma, calma tan necesaria para continuar nuestro entrenamiento de ser resolutivos, sin olvidarnos de serlo, en la medida de lo posible.
Nunca dejamos dejamos de aprender
Gracias Cristina, me ha gustado mucho.
Paco, gracias por comentar.
Estoy de acuerdo también con tu reflexión.
Necesitamos aprender a mantener la calma, para resolver lo que se nos ponga delante, y porque se vive más agradablemente cualquier problema.
Un fuerte abrazo!
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