10/8/15

Carta a los valientes

Hay personas muy valientes que en este momento están caminando en su proceso de psicoterapia, camino que no es fácil de pasar, pero que da muchas alegrías y libertad. 

Para ellos esta carta abierta. 
Y una canción al final. 
Que siga el camino, un abrazo a todos y todas. 

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Aquí estoy otro dia más. El sol sale ya.

He vivido largo tiempo y aún querría vivir todo el que pueda y más.
Llevo mi pasado detrás, el que recuerdo y el que no consigo rememorar,
noto su peso. Voy comprendiendo la manera en que aquel tiempo influye en mi vida de ahora.

En mi pasado y aunque no las recuerde todas, habitan acciones de otros que fueron importantes para mí: 
palabras mal dichas, gestos mal dados, los gritos, el dolor, el miedo al enfado de los papás, las miradas mal dadas, la soledad en compañía, el sentirme ignorada por los seres que me dieron la vida, y no comprender nada más que algo malo habría hecho yo, que algo malo habría en mí para que esto fuera así.

En mi pasado también habitan las palabras bien dichas, son menos abundantes que las otras, pero están, y me alegro. Y también hay gestos bien dados, y miradas de cariño de las que te hacen sentir valiosa y querida, simplemente por ser quien eres. Sin tener que cumplir la expectativa de nadie, hubo gente que me trató con respeto y con cariño.

Una amiga, una profesora, un familiar que me hacía caso cuando nadie me lo hacía en casa, todo aquello también sirvió, y mucho.

Intento recordar quién me quiso en el pasado, cómo, y cuando, porque de esos otros gestos suyos, saqué suficiente conciencia de que merezco Amor, como para llegar hasta estos días, para ser quien soy, tener una profesión a la que dedico tantas horas y tanta pasión.

Entiendo mi pasado de niña y adolescente con la claridad de mi mente adulta.
Y mi juventud hasta el día de hoy, también se está aclarando.
Encuentro que no hay ni blanco ni negro en las personas.
A veces, de la misma persona de la que saqué algo bueno, también recibí daño.
No soy quien para juzgar, para dar un veredicto y sentencia.

Sí soy quien para llamar a las cosas que pasaron en mi vida por su nombre, y ya no negarlas ni edulcorarlas nunca más.

El deseo de sentirme amada porque sí, ahora entiendo que es lo más natural del mundo. Que lo merecía. Merecí ser amada por ser, no por hacer lo que ellos querían.
Saber que merecí Amor sin condiciones no tiene que ver con ser egoísta, ni mala niña. Porque venimos a este mundo a sentir el Amor de los que nos trajeron aquí. Y esto no siempre sucede, pero un bebé viene programado para el Amor.


Empiezo a entender de donde viene el temor a quedarme sola en la vida y sin nadie que me apoye. Así me sentí durante muchos años. Y aún es un temor hoy. Cada vez más tenue, lo sé, porque con esfuerzo y trabajo estoy poniendo las cosas en su sitio.

También empiezo a saber de donde me viene esta rabia hacia mí misma, y la estoy revirtiendo con cada recuerdo a quien de verdad me causó una rabia que no pude expresar en su momento.

Ahora sé, como sé que el sol sale cada día, que sola no estoy. Porque en primer lugar, estoy conmigo. Y yo ahora estoy diferente, hay una parte en mí que ya me mira bien, me habla bien, me trata bien.


Sí, sé que mi pasado es mi cofre del tesoro, aún reposa gran parte en esas profundidades del alma.
Soy la buceadora que lo rescatará.
Lo sacará a la luz, limpiará los restos, les dará el trato que merecen, y los llevará al museo de Mi Vida donde rodeados de ventanales en una sala limpia y clara, quedarán para el recuerdo.

Porque sé que nada de lo sucedido en esta existencia ha caído en saco roto, sigo adelante en la busca del tesoro. Mi Historia me va contando quién soy hoy.
Conforme voy conociendo, me libero de los sentimientos de dolor que sentí cuando niña, culpándome sin motivo.
Estoy poniendo los hechos en el sitio.
Y con ello, los sentimientos verdaderos que un día sentí y me aguanté, afloran por fin.

Como una semilla que con buenas condiciones germina, todo en mí es fértil si lo sé cuidar. Y yo estoy llena de vida, hoy, en este momento, mientras el sol comienza a regalarnos su luz cálida un día más.


(Continuará)
https://youtu.be/bZ_BoOlAXyk

7 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias Cris por expresar tan bien lo que siento y el camino que estoy siguiendo.

Cristina Abellán Pérez dijo...

Gracias Maribel, somos muchos los valientes que nos hacemos compañía en este intento, que no se nos olvide esto.

Un beso!

Unknown dijo...

Gracias Cristina, siempre me sorprendes, aposté por ti y no me equivoque. Sin tu ayuda no lo conseguiría. Encarna 💋💋💋❤️❤️❤️

Su dijo...

Es fundamental en este camino, poder contar con alguien, apenas una sola persona, que realmente comprende tu interior. Evidentemente tú lo haces.
Gracias Cristina.

Cristina Abellán Pérez dijo...

Un abrazo Susana :)

Anónimo dijo...

La valentía de apostar por el cambio!! Yo también, cuando me libero del miedo y sigo mi mismo, consigo una paz en la cual desaparecen todos los juicios que he tenido en pensar que estaba confundido o que no lo merecía. Me siento mas fuerte y convencido que es una acierto apostar por uno mismo como forma de amor propio y hacia los demás.

Serán tus palabras, será la musica o las dos cosas, el resultado es pura energía!!!!

Gracias Cris :D


Cristina Abellán Pérez dijo...

Eso es, aprendemos a dejar de seguir a esa voz interiorizada y recordamos a cada momento que sí merecemos todo lo bueno , la energía va volviendo, recobramos la fuerza. Hace falta mucho coraje para hacer este cambio al crecimiento. Por eso somos Valientes. No por no tener miedo, sino por afrontarlo y seguir rompiendo con el dolor y las creencias que nos atan. Un abrazo Filiberto, a ti y a todos !